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n alguna otra ocasión he señalado que los economistas se me antojan una
suerte de ideólogos del capitalismo disfrazados de científicos sociales que
presentan sus preferencias ideológicas como si de leyes científicas se tratara.
Sin embargo, justo es reconocer que también existen excepciones que hacen que
las denominadas ciencias económicas nos resulten al común de los mortales menos
repulsivas. Tal es el caso de Paul Krugman, profesor en Princeton y Premio
Nobel en 2008, quien en un reciente artículo publicado en El País señala que aunque los principales estudios que avalan las
tesis de la austeridad han sido desmontados por la investigación académica, las
élites siguen viéndolas como las más plausibles precisamente porque coinciden
ideológicamente con ellas. Y aunque el artículo de marras se refiere a Estados
Unidos, parece claro que bien podría aplicarse a la dictadura de la austeridad que se viene practicando en Europa en
general y en España en particular en los últimos años. La única duda que nos
queda es si Merkel y Rajoy se mantienen aferrados al dogma de la austeridad
porque les viene impuesto por las élites económicas o porque ellos mismos
forman parte de tales élites.
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