domingo, 6 de mayo de 2012

El machetazo semanal


L
a concepción que Marx tenía del trabajo, según la cual éste constituye el único modo que tenemos las personas de realizarnos, se proyecta sobre la exaltación del mismo que tradicionalmente han llevado a cabo los partidos de izquierdas y los sindicatos de clase, la cual ha venido expresándose en consignas del tipo “El trabajo dignifica” y otras por el estilo. Y aunque tal concepción del trabajo haya sido asumida por algunos sociólogos, filósofos y gentes de similar reputación, tengo para mí que es bien distinta de la que tienen la mayor parte de los trabajadores, para quienes la tradición judeocristiana, “¡te ganarás el pan con el sudor de tu frente!”, tiene mucho más peso que las ideas de Marx a este respecto.
            En efecto, el trabajo no goza de muy buena prensa entre los currantes, por más que éstos se puedan sentir orgullosos del modo en que se ganan la vida. Esta visión peyorativa del trabajo se refleja en la aspiración que tiene la mayor parte de la gente, declarada o no, a vivir bien sin pegar golpe, a dedicarse a la buena vida, que no es exactamente lo mismo que la vida buena de la que en su día hablara Aristóteles. Y es esta concepción negativa del trabajo la que explica que el viernes sea el día más celebrado de la semana entre los trabajadores, para quienes el trabajo no es precisamente un regalo del cielo, sino, antes al contrario, una suerte de maldición divina. Mas a pesar de que el viernes sea desde hace ya tiempo el día de los currantes por antonomasia, al menos entre los que libran los sábados y los domingos, pues no en vano constituye la antesala del fin de semana, el gobierno de Mariano Rajoy ha conseguido en tan sólo unos meses que no sólo los trabajadores sino los ciudadanos en general lleguen a los días de asueto con auténtico pavor.
            Y es que el viernes ya no es ese día en el que comienza el tiempo semanal de descanso, sino que se ha convertido en el día en que tras la reunión del sanedrín de los moderados, el Consejo de Ministros, se anuncien nuevos recortes sobre los recortes y recorto porque me toca. En efecto, semana tras semana, viernes tras viernes, el Gobierno anuncia nuevas medidas para, dice, combatir la crisis. Y si, tal como señala el propio Rajoy, las reformas emprendidas no son fruto de la improvisación sino que responden a una estrategia y se van a seguir anunciando cada  viernes hasta que llegue el verano, uno no puede sino preguntarse por qué razón no nos dicen de una vez cuáles son esas reformas que los moderados van a emprender para salvarnos a todos y nos libran así de esta tortura del machetazo semanal. ¿Será que no contentos con habernos chafado los viernes pretenden también que le tengamos pánico al período estival?

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