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spaña ha comenzado la Eurocopa con un empate frente a Italia, pero,
francamente, creo que no es algo que deba preocuparnos. Y no porque, al fin y
al cabo, Italia haya sido cuatro veces campeona del mundo, ni tampoco porque en
el Mundial de Sudáfrica la selección española comenzara perdiendo contra Suiza
y terminara proclamándose campeona, sino porque ahora ya sabemos que España es
una potencia europea en los asuntos relevantes, nada de deportes ni de cultura,
sino en lo que verdaderamente importa: la economía. Y así las cosas, qué más
dará el fútbol, que siempre ha sido el consuelo de los pobres. ¡Que tiemblen
los europeos porque los tenemos cogidos por donde más les duele! ¿Cómo si no se
iba a entender que Europa estuviera dispuesta a prestarnos nada menos que
100.000 millones de euros?
Mariano Rajoy, que aunque
no lo parezca es el presidente del Gobierno, fue muy claro el pasado domingo
cuando señaló que gracias a su presión los europeos han tenido que concedernos
esa línea de crédito, que no rescate. Dice el presidente, tan gallardo él que
parece haber salido de una de las novelas protagonizadas por el capitán
Alatriste, que el dinero prestado a los bancos españoles tendrán que devolverlo
los propios bancos, con lo que los ciudadanos de a pie podemos estar
tranquilos, ya que la operación de saneamiento de la banca española no nos va a
costar ni un euro. Claro que, en realidad, es el Estado el que responde ante
Europa, así que, de momento, somos ustedes y yo los que hemos adquirido la
deuda de 100.000 millones, por más que las entidades financieras estén, en
principio, obligadas a devolver ese dinero al Estado. ¿Podrá el Gobierno
obligar a los banqueros a que reingresen a las arcas públicas el dinero
prestado?
Si Mariano Rajoy, al grito
de “Aguanta. Somos la cuarta potencia europea. España no es Uganda”, que viene
a ser algo así como la versión contemporánea del castizo ¡Santiago y cierra
España!, ha sido capaz de doblegar a los malditos
herejes, que diría Íñigo Balboa, incluyendo a los reticentes holandeses,
que no perdonan a los españoles que les vencieran en la final de hace dos años,
no hay razón alguna para pensar que no podrá hacer lo propio con los banqueros patrios,
salvo por el hecho de que éstos también nacieron al sur de los Pirineos y,
puestos a hacer presión, presionan como el que más: de momento han conseguido
que se les conceda un crédito en unas condiciones muy ventajosas, según el
presidente, del que, en principio, responde el Estado y no ellos, que no es
poco. Así las cosas, y ante la muy razonable pregunta que algún mordaz periodista
realizó y que aún sigue sin respuesta, a saber, por qué si esta operación es
tan beneficiosa se ha tardado tanto en solicitarla, acaso sería conveniente recordar
cómo terminó lo de Flandes y esperar que a España le vaya mejor en los partidos
que restan para acabar la Eurocopa.
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