lunes, 16 de julio de 2012

Otro viernes negro


E
l Consejo de Ministros presidido por Mariano Rajoy nos regaló la semana pasada otro viernes negro: un nuevo machetazo a los derechos de la ciudadanía que, una vez más, se ceba en los más débiles. El paquete de (des)medidas para combatir la crisis nos muestra de nuevo la afición del presidente del Gobierno para hacer lo contrario de lo que dijo que haría en la campaña electoral, hace menos de un año. Y es que Rajoy habla poco, pero cuando lo hace es generalmente para desdecirse a sí mismo, de suerte que parece haber entrado en una especie de bucle irresoluble de desmentido tras desmentido. Tanto es así que el secretario de organización soecialista, Óscar López,  ha acusado al Gobierno de “mentiroso y ocultista”, porque, según dice, para saber en qué consisten las acciones gubernamentales hay que acudir al BOE.
            Digan lo que digan los soecialistas, que desde luego tampoco son el paradigma de la transparencia, hay que reconocer que en algo no han mentido los imPoPulares: nos dijeron en primavera que nos fuéramos preparando porque en verano habría más ajustes y, ¡joder!, haberlos, los ha habido. Lo que aún no nos han dicho es si tales recortes serán los últimos o aún quedan más acometidas; pero si tal como ha señalado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, hasta finales de año restan por aprobar unas veinte leyes, mucho me temo que tendremos que sufrir una veintena de machetazos más. De momento, con el pretexto de la crisis, le han metido una nueva tajada al sueldo de los empleados públicos y a las prestaciones por desempleo, lo cual, junto a la subida del IVA, es a la crisis como la gasolina al fuego.
            Rajoy, que cada día que pasa se parece más al ZúperPresidente que desbancó del Gobierno, explicó que hace lo que hace -cuando hace algo, habría que añadir-, no porque le guste sino porque es su deber. ¡Qué kantiano nos ha salido el presidente! ¡Ni que machacar a la mayor parte de la población fuera el quid del imperativo categórico! Y en similares términos se expresó el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien en un alarde más de elusión de responsabilidades señaló a las exigencias de la Comisión Europea en relación con el déficit público como la causa del machetazo del último viernes. Pero la que verdaderamente se lleva la palma con sus declaraciones es Soraya Sáenz de Santamaría, que sin ruborizarse lo más mínimo aseguró que las (des)medidas de marras adoptadas por el Gobierno no sólo son “necesarias e inaplazables” sino que además responden a criterios de “justicia y equidad”. Y lleva razón la vicepresidenta, porque al mismo tiempo que sustrae la extra de Navidad a los empleados públicos o recorta la prestación a los parados que aún la cobran, el Gobierno, para ser justo y equitativo, ha rebajado el sueldo a sus propios ministros, quienes verán cómo su mísero salario de casi 70.000 euros anuales disminuirá un 7.5 por ciento. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario