viernes, 20 de octubre de 2017

Mientras persista la duda

A
 finales del pasado mes de junio fuimos testigos, gracias a los medios de comunicación, de un hecho insólito en España: colas en Madrid para asistir a la conferencia de un filósofo. Lamentablemente, no es que la filosofía esté de moda, sino que el filósofo de marras era Slavoj Zizek, quien se ha convertido en uno de los intelectuales más mediáticos, si no el que más, del momento. Pero no nos engañemos, más allá de Zizek, la filosofía no despierta esas pasiones. Tanto es así que la noticia fue que la gente hiciera cola para escuchar filosofía y lo que dijo Zizek en su intervención apenas trascendió. Y es que, al margen de esos fenómenos mediáticos puntuales, uno se pregunta si no estará la filosofía en peligro de extinción, como parece indicar su cada vez menor importancia en los planes de estudio de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) y Bachillerato. Y hasta me atrevería a decir que ni siquiera en la Universidad está fuera de peligro.
La persecución de esta secular disciplina por los distintos gobiernos que en España se han ido sucediendo en los últimos años ha hecho que su presencia en los institutos haya ido mermando considerablemente hasta quedar reducida prácticamente a la mínima expresión. El último golpe, como se sabe, la ley Wert, que además de eliminar la Ética en 4º de ESO (hasta entonces era una asignatura obligatoria), ha hecho que la Historia de la Filosofía de 2º de Bachillerato haya pasado de ser una asignatura común en todas las modalidades de Bachillerato a ser una simple optativa en los itinerarios de Ciencias Sociales y Humanidades. Estas son las consecuencias para la filosofía de una ley que a día de hoy nadie, ni siquiera en el PP, dice compartir. El despropósito, no obstante, puede ser contrarrestado. Es lo que han hecho algunas comunidades autónomas, la última la valenciana, en la que la Historia de la Filosofía volverá a ser obligatoria en 2º de Bachillerato el curso 2018-19. En Canarias, ¡ay!, seguimos esperando, ¡y demandando!, que la Consejería de Educación lleve a cabo una medida similar en defensa de la filosofía.
Mas del hecho de que la filosofía siga siendo maltratada no se sigue que esté en peligro de extinción, como nos preguntábamos al comienzo de este artículo. Pues mientras haya personas que se sientan embargadas por el sentimiento de admiración ante la realidad que los rodea, que no otra cosa es lo que según Aristóteles mueve a los hombres a filosofar; mientras se mantenga la actitud crítica y no se acepte nada como verdadero de lo que previamente no tengamos una evidencia; mientras, como ha señalado Javier Muguerza, la perplejidad persevere en su afán de servir de estímulo del pensamiento; mientras haya individuos kantianamente capaces de atreverse a pensar por sí mismos; mientras haya quien se siga planteando preguntas aun a sabiendas de que no hallará respuestas concluyentes; mientras, en definitiva, persista la duda y nos sigamos interrogando por el ser humano, habrá filosofía. 

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