miércoles, 5 de enero de 2011

El elegido

Dicen los expertos, además de las encuestas, que el próximo presidente del Gobierno será Mariano Rajoy. La verdad es que asombra y, si me apuran, hasta asusta, la cuasi unanimidad con la que los analistas se apuntan, como si de adivinos se tratase, a predecir el futuro de La Moncloa. Se da por hecho que Rajoy alcanzará la presidencia y lo único que se discute es la fecha en la que el elegido por Aznar se hará con las riendas del país: mientras algunos señalan que la hecatombe que va a sufrir el soecialismo en las elecciones autonómicas y municipales de 2011 precipitará la dimisión del ZuperPresidente -hecatombe que, por cierto, tampoco nadie parece poner en tela de juicio-, otros entienden que ZP seguirá al frente del Gobierno hasta 2012 y agotará la legislatura, pero lo que nadie discute es que Zapatero será relevado por Rajoy.
            Resulta alarmante tanta seguridad porque pareciera como si el ascenso de los conservadores al poder fuera algo inevitable, como si la voluntad de los electores fuera lo de menos a la hora de dilucidar quién gobernará a partir del próximo año, quizás de éste. Y no es que me preocupe en demasía el retorno de la derecha, porque, al fin y al cabo, con izquierdas como la soecialista, pocas derechas hacen falta, no sé si me entienden. Pero el caso es que el elegido para presidir el Gobierno –elegido por las encuestas y los analistas además de por Aznar- pocos méritos ha hecho más allá de estar ahí, al frente de la oposición, mostrando su desacuerdo incluso con respecto a aquello que decía que había que hacer.
            Que Rajoy vaya a alcanzar el poder por efecto de la crisis y los más de cuatro millones de parados que hay en España puede entenderse, pero que lo que vaya a catapultar al líder del PP a La Moncloa sea el hecho de que el Gobierno soecialista, con el ZuperPresidente a la cabeza, haya llevado a cabo políticas propias del neoliberalismo más recalcitrante, empezando por la reforma laboral, pasando por la suspensión del subsidio por desempleo y la reforma de las pensiones y terminando vayan ustedes a saber dónde, es algo que no alcanzo a comprender. Porque si son las medidas anticrisis, que más bien habría que llamar antisociales, las que van a hacer que ZP deje de ser presidente, lo suyo sería que fuera sustituido por alguien situado ideológicamente a su izquierda, y no por quien sabemos que de buena gana dará una nueva vuelta de tuerca a los recortes, apretándonos a todos, a casi todos, todavía más. Claro que cuando eso ocurra, los mercados, ese ente abstracto que anda por ahí y que es quien realmente manda, recuperarán la confianza en España, la economía comenzará a crecer, con un poco de suerte el empleo también y se demostrará, nuevamente, que los conservadores son los únicos que saben cómo hacer que la economía vaya bien y tendremos que dar las gracias al nuevo prócer por sacarnos de la crisis aunque para entonces, qué le vamos a hacer, casi todos estemos un poco peor que en 2008, trabajando más y cobrando menos.  

1 comentario:

  1. Lo que sucede es que la sociedad en general es como un autentico rebaño de ovejas,incapaz de decidir por sí misma a qué partido político han de apoyar. Para decidir por nosotros está la prensa que ha dejado de ser objetiva hace mucho ,si es que alguna vez lo fué.Ahora lo que impera es la demagogia y el sensacionalismo,que unido al descontento general da como resultado una sociedad unida contra el gobierno.Seamos claros ,la pluralidad política no existe y este sistema es claramente bipartidista: Si no te gusta Juana ,hay que votar a su hermana. Asi que todas las ovejitas van a votar a un Rajoy que aún no ha propuesto NADA que nos pueda sacar de esta crisis,ni ha movido un dedo por ayudar al gobierno porque en el fondo ,y en la superficie,toda esta devacle le beneficia para conseguir lo facil; llegar a la moncloa aprovechandose de lo mal que lo hace el otro.
    Qué triste,que nos dejemos mangonear de esta manera tan tonta....

    Perico,es muy interesante todo lo que expones en el blogg,un saludo!! Olga Y Alex.

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