miércoles, 12 de septiembre de 2012

¿Generación ni-ni?


S
egún el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el 24 por ciento de los jóvenes españoles ni estudia ni trabaja, lo que los convierte en integrantes de eso que más despectiva que descriptivamente se ha dado en llamar generación ni-ni. Pertenezco a una generación que en su día fue llamada la generación X, no sé muy bien por qué, y aunque nací en el 69, supongo que eso no tiene nada que ver, pese a que no puedo asegurarlo. Lo que sí sé es que mi generación también fue tildada como la generación del pasotismo por aquellos que durante mucho tiempo, y aun hoy, presumían de haber luchado contra el franquismo y por la democracia, olvidando que Franco murió tranquilamente en su cama, a punto de cumplir 83 años y siendo jefe del Estado, al tiempo que nos acusaban a nosotros de inmovilistas y de ser incapaces de luchar por nada.
            Nosotros, a los que creo que injustamente se nos trató de pasotas, también fuimos un día la generación mejor formada de nuestra historia y por ello mismo la generación del desencanto. Y es que siendo como éramos los hijos de Mayo del 68 y de la Transición, se nos prometió un futuro mejor que el de nuestros padres, acudimos masivamente a la Universidad y al salir nos encontramos con un desolador mercado laboral que algunos hemos venido padeciendo hasta hoy. Es por ello que me niego a hablar de generación ni-ni y me indigna ver cómo personas de mi propia generación lo hacen con un cierto aire de superioridad, como si la madurez consistiera en arremeter contra la juventud.
            Entre todos esos jóvenes que ni estudian ni trabajan sin duda los habrá que son responsables de su propia situación, pero tengo para mí que la gran mayoría es sencillamente víctima de las condiciones sociohistóricas que le ha tocado vivir. Pues a pesar de que quienes disponen de un empleo acorde a su formación y por ende gozan de una cierta posición social tienden a pensar que es gracias a su esfuerzo, lo cierto es que el mayor de sus méritos consiste en haber nacido en el mundo desarrollado. Por lo demás, si tal como reza el informe de la OCDE los jóvenes que ni estudian ni trabajan son el 24 por ciento, entonces el 76 por ciento de ellos o trabaja o estudia o hace las dos cosas, con lo que a la expresión generación ni-ni le sobra precisamente la palabra generación, ya que la inmensa mayoría de tal generación no es ni-ni. Y muchos de ellos no sólo no son ni-ni sino que tienen una muy alta cualificación y, sin embargo, se encuentran sin la menor posibilidad de acceder a un empleo digno, tal como les ha ocurrido a los cientos de miles de españoles, más de 37.000 canarios, que desde que empezó la crisis se han marchado al extranjero a  buscar trabajo.

1 comentario:

  1. Bueno, yo siempre he oído e interpretado lo de ni-ni como esos jóvenes que dejan los estudios y no buscan trabajo, sino que se limitan a vivir de sus padres mientras se pasan el día (y las semanas y los años) en la playa rascándose la barriga. No necesariamente pienso que al decir generación ni-ni la gente se refiera a toda la generación al completo.

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