L
|
a crisis nos ha vuelto a todos un poco desmemoriados. Tanta tragedia,
pues la crisis económica, real o no, hace ya tiempo que derivó en una hiperreal
crisis social, ha hecho que nos olvidemos de otra crisis que si no tan urgente
es, al menos, igual de importante y que, de verdad, nos afecta a todos: la
crisis ecológica. Y es que nuestra irracional
forma de organizar la economía (nuestra de ellos, se entiende) nos obliga a crecer y consumir cada vez más, lo
que conduce a un deterioro acelerado del planeta y, a la larga, a la muerte de
todos. La solución, cualquiera que sea, pasa claramente por consumir menos,
pero ello, lo sabemos de sobra, ay, trae como efectos inmediatos la crisis
económica y su consecuente crisis social. Ahora, con el pretexto de la crisis,
ya nadie repara en el medio ambiente porque, dicen los mandamases, lo primero
es lo primero y hay que incentivar la economía y crear empleo, aunque ello constituya
una suerte de suicidio colectivo.