Vine al mundo en el año 1969 en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Tras un bachillerato inestable en el que repetí dos cursos y pasé por seis centros, marché a La Laguna a estudiar Filosofía. Cinco años y algunas juergas más tarde me di cuenta de que había terminado la carrera y, después de cursar el preceptivo CAP y con la frustración de un intento fallido de realizar el doctorado, hube de regresar a Gran Canaria. Corría el año 1995 y desde entonces me he dedicado a distintas ocupaciones, algunas más gratificantes que otras. De reponedor en supermercados pasé a expendedor en una gasolinera y, de ahí, a auxiliar de biblioteca. El trabajo de bibliotecario fue realmente magnífico porque de biblioteconomía no aprendí nada, pero pasé muchas tardes dedicado a la lectura y comencé a escribir relatos breves. Además, junto a otros compañeros, tuve la oportunidad de inciarme en la televisión gracias a la realización de un programa cultural de media hora de emisión semanal. Mas como todo lo bueno se acaba, y lo malo también, dos años más tarde me vi de nuevo sin trabajo.
La cosa se puso dura y estuve unos meses dedicado al buzoneo y otros tantos fabricando marcos para cuadros hasta que, tras unas colaboraciones en la revista Anarda, me incorporé a la plantilla de redactores. Se inició así un período de casi un lustro, en el que aprendí algo del oficio de periodista y me fui forjando como columnista. En ese tiempo había retomado mis estudios de doctorado, esta vez en la UNED, los cuales pude finalizar felizmente en 2006, año en que leí mi tesis doctoral. Ello no habría sido posible sin la generosa ayuda de muchas personas, en especial la de mi maestro y amigo Javier Muguerza, que se prestó a dirigir la investigación y por quien, con el paso de los años, mis sentimientos de admiración, respeto y cariño no han hecho sino aumentar. Sirvan estas palabras de humilde reconocimiento hacia este gran filósofo y mejor persona con el que he contraído una deuda impagable.
En cuanto a mis intereses filosóficos, éstos se han centrado en aquella tendencia de la ética contemporánea que reivindica al individuo como único e irreductible protagonista de la ética y mantiene un interés central por el sujeto moderno y las posibilidades de que éste pueda seguir constituyendo una de las categorías básicas de la filosofía, tras haber transcurrido varias décadas en las que, en medio de lo que se ha dado en llamar la crisis de la modernidad, el sujeto parecía estar abocado a su disolución. En concreto me he centrado, en mi tesis doctoral, en el estudio de la obra de Ernst Tugendhat, quien afirma que la ética moderna es necesariamente individualista, universal e igualitaria. Fruto de esta investigación es mi libro La filosofía moral de Ernst Tugendhat, de 2009. En los últimos años, mi interés por el individualismo me ha llevado a investigar sobre los fundamentos de la democracia y los derechos humanos y el resultado de estas investigaciones filosóficas ha sido plasmado en un reciente libro titulado Democracia, justicia y derechos humanos. Ensayos de filosofía libertaria, que vio la luz en 2015.
Desde el año 2004 y hasta 2011 estuve fuera del mundo del periodismo, aunque no por voluntad propia, ya que en realidad fue el periodismo el que me abandonó a mí. Durante esos años intenté regresar a la prensa en múltiples ocasiones, pero siempre sin éxito, lo que me llevó a pensar que no debía de ser muy buen periodista. En ese tiempo pude dedicarme a la docencia, como profesor de ESO y Bachillerato y tutor en la UNED, aunque siempre de forma inestable hasta que, en 2016, obtuve la plaza tras superar las oposiciones al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria, por la especialidad de Filosofía, claro está. Este tiempo dedicado a la docencia, desde 2006, me reveló que, para mi sorpresa, esta actividad laboral puede brindarte las mayores alegrías; de hecho, ha sido la más gratificante de las que he ejercido, sobre todo por las continuas muestras de afecto de los alumnos y de la mayor parte de los compañeros. Finalmente pude regresar a los medios con estos retales de periodismo filosófico que son estas LUCES DE TRASNOCHE, que he venido publicando en La Opinión de Tenerife desde 2011 hasta su cierre, en La Provincia / DLP desde 2013 y en El Día / La Opinión de Tenerife desde 2019.
En cuanto a mis intereses filosóficos, éstos se han centrado en aquella tendencia de la ética contemporánea que reivindica al individuo como único e irreductible protagonista de la ética y mantiene un interés central por el sujeto moderno y las posibilidades de que éste pueda seguir constituyendo una de las categorías básicas de la filosofía, tras haber transcurrido varias décadas en las que, en medio de lo que se ha dado en llamar la crisis de la modernidad, el sujeto parecía estar abocado a su disolución. En concreto me he centrado, en mi tesis doctoral, en el estudio de la obra de Ernst Tugendhat, quien afirma que la ética moderna es necesariamente individualista, universal e igualitaria. Fruto de esta investigación es mi libro La filosofía moral de Ernst Tugendhat, de 2009. En los últimos años, mi interés por el individualismo me ha llevado a investigar sobre los fundamentos de la democracia y los derechos humanos y el resultado de estas investigaciones filosóficas ha sido plasmado en un reciente libro titulado Democracia, justicia y derechos humanos. Ensayos de filosofía libertaria, que vio la luz en 2015.
Desde el año 2004 y hasta 2011 estuve fuera del mundo del periodismo, aunque no por voluntad propia, ya que en realidad fue el periodismo el que me abandonó a mí. Durante esos años intenté regresar a la prensa en múltiples ocasiones, pero siempre sin éxito, lo que me llevó a pensar que no debía de ser muy buen periodista. En ese tiempo pude dedicarme a la docencia, como profesor de ESO y Bachillerato y tutor en la UNED, aunque siempre de forma inestable hasta que, en 2016, obtuve la plaza tras superar las oposiciones al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria, por la especialidad de Filosofía, claro está. Este tiempo dedicado a la docencia, desde 2006, me reveló que, para mi sorpresa, esta actividad laboral puede brindarte las mayores alegrías; de hecho, ha sido la más gratificante de las que he ejercido, sobre todo por las continuas muestras de afecto de los alumnos y de la mayor parte de los compañeros. Finalmente pude regresar a los medios con estos retales de periodismo filosófico que son estas LUCES DE TRASNOCHE, que he venido publicando en La Opinión de Tenerife desde 2011 hasta su cierre, en La Provincia / DLP desde 2013 y en El Día / La Opinión de Tenerife desde 2019.
