miércoles, 22 de mayo de 2013

Las razones ideológicas del PP


  
T
ras la caída del Muro de Berlín, en 1989, Francis Fukuyama se apresuró a celebrar el triunfo definitivo del liberalismo sobre el socialismo en la pugna por hacerse con la hegemonía ideológica mundial y, con ello, nada menos que el final de la historia y la muerte de las ideologías. Sin embargo, un par de décadas más tarde seguimos constatando que la historia no se detiene y que las ideologías no sólo no han muerto sino que siguen dando frutos, siquiera sea amargos. Y es que sólo si atendemos a razones ideológicas podemos entender algunas de las leyes promovidas por el Gobierno, tales como la misteriosa nueva ley del aborto que está preparando el moderadísimo Gallardón o la aberración de la LOMCE, la ley de educación de Wert recientemente aprobada por el Consejo de Ministros. La ideología es asimismo lo único que puede explicar la negativa de la mayoría parlamentaria del PP a declarar el 18 de julio el día de condena del franquismo, o que se le rinda homenaje a la mismísima División Azul. Y por si todo ello fuera poco Aznar amenaza con volver. ¿Irá en serio o se trata de una estrategia del partido para que la ciudadanía sea más comprensiva con las incomprensibles políticas del gobierno de Rajoy? 

martes, 21 de mayo de 2013

El conocimiento como fin en sí


E
n el parrafito de ayer me refería al esperpento que supone tener que esconder la formación que uno tiene para poder competir por un puesto de trabajo. Si analizamos la cuestión desde la perspectiva de la relación entre medios y fines, nos damos cuenta de que tradicionalmente se ha entendido que la formación es un medio para alcanzar un fin, a saber, un buen empleo. Una relación que, si bien no ha funcionado siempre así, ahora se revela a todas luces falaz. Tal falacia es la que ha llevado a entender la universidad como una suerte de academia de formación profesional de élite en lugar de lo que, a mi juicio, debería ser: un centro de producción y difusión del conocimiento. Pero entender esto implica comprender que el conocimiento no es sólo un mero medio, que también, sino un fin en sí mismo y que su relación con el empleo sólo tiene sentido en el sinsentido mundo de la mercantilización del saber en el que nos encontramos y tratamos, ay, de sobrevivir.

lunes, 20 de mayo de 2013

Formación y empleo


U
no de los mitos relacionados con el paro en Canarias es el que relaciona la alta cantidad de parados con la escasa formación de los isleños. Sin embargo, en los tiempos de vacas gordas, el grueso del empleo generado estaba dirigido a trabajadores con escasa cualificación y hoy en día muchos son los titulados universitarios que se ven impelidos a esconder su formación para poder competir por un puesto de trabajo. Esa es la realidad, tal como se recoge hoy en el diario La Provincia. Y es que la formación no sólo hace ya tiempo que dejó de ser garantía de inserción laboral sino que en ocasiones es hasta un lastre. Así de paradójica es nuestra sociedad: inculcamos a los jóvenes que han de formarse para poder tener un futuro y después los obligamos a tapar sus estudios como si de sus vergüenzas se tratara. Y luego nos escandalizamos con la ¿proliferación? de los ni-ni. 

viernes, 10 de mayo de 2013

Wert, el conciliador


F
inalmente la ley Wert no será aprobada hoy por el Consejo de Ministros. Dicen desde el Gobierno que se aplaza su aprobación por cuestiones técnicas que atañen a la memoria económica de la ley, pero todo indica que la gran contestación social de ayer tiene algo que ver con el aplazamiento, pues resulta difícil creer que esos detalles económicos no se conocieran hasta anoche. Para que luego digan que las huelgas no sirven para nada. Seguramente el Gobierno volverá a tirar de su mayoría absoluta ganada con menos de la mitad de los votos, paradojas de la democracia, y terminará aprobando la ley de marras, pero de momento no va a ser así gracias a la contundente protesta de la comunidad educativa. Y es que el ministro Wert ha sido capaz de conciliar a todas las partes implicadas, que ya es difícil, para que muestren su rechazo a una ley tan injusta como autoritaria. 

miércoles, 8 de mayo de 2013

Algo que ver con... pero no demasiado


L
as últimas declaraciones del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, sobre la relación entre el aborto y ETA constituyen una muestra más del talante democrático de quienes nos gobiernan. Dice el ministro que “el aborto tiene algo que ver con ETA, pero no demasiado”. Fenández Díaz, ya lo hemos dicho más de una vez, pasaba por ser uno de los representantes más ecuánimes del ala moderada del PP hasta que tomó posesión del cargo. Desde entonces, a golpe de manifestaciones y políticas que tienen por objeto criminalizar a quienes discrepan del PPensamiento único, el titular de Interior ha coadyuvado a que descubramos la verdadera esencia del ala moderada del partido: la nada. Tal es el hallazgo filosófico que Fernández Díaz, con la inestimable ayuda de sus compañeros de gobierno, nos ha ayudado a desvelar: la moderación en el PP no forma parte del ser sino del no ser. Y es que este ministro y algunos más tienen algo que ver con la democracia, pero no demasiado.